Chapter 5: No solo los genios son llamados genios
Tras la visita inicial a la familia Helstea, Cyan se sintió intrigado por la situación de Lilia. A pesar de su aparente curiosidad y entusiasmo, Lilia no había despertado su núcleo, algo que preocupaba profundamente a Vicente y Tabitha. Decidido a ayudar,Cyan se reunió en privado con Vicente Helstea para discutir un posible plan.
La atmósfera en la mansión Helstea era tranquila, pero Cyan sabía que la tarea que había aceptado realizar requeriría una precisión extraordinaria. Vicente Helstea lo había llamado a su despacho en privado, donde discutieron los detalles del despertar de Lilia.
En el estudio de la mansión, Vicente observaba a Cyan con cierta mezcla de admiración y curiosidad. El joven noble, aunque apenas un niño, hablaba con una madurez y seguridad que superaban con creces su edad.
—No voy a mentirte, joven Cyan —dijo Vicente con un tono serio—. Mi hija ha tenido problemas para despertar su núcleo. Hemos intentado todo, pero sin resultados después de todo yo ni mi esposa somos magos noquiero que sea afectado por eso mi hija.
Cyan asintió, comprendiendo la situación.
—Señor Helstea, he estado investigando sobre el despertar de los núcleos de maná. Según lo que he aprendido, no existe un secreto absoluto, pero hay métodos que pueden estimular el proceso —comenzó Cyan, manteniendo un tono formal.
—¿Y crees que puedes ayudar a Lilia?
Cyan asintió.
—Tengo una teoría que creo que puede funcionar. Sin embargo, necesitaré su permiso y un favor a cambio.
—¿Un favor? —preguntó Vicente, arqueando una ceja a que su felicidad inicial no desapareció esta apunto de explotar.
—No busco recompensa monetaria ni materiales, sino su ayuda para encontrar un objeto específico: una máscara que pueda modificar la voz. Será algo que necesitaré en el futuro como aventurero. También quisiera que me permitiera ser amigo cercano de Lilia.
—Acepto tus términos, Cyan. Si logras despertar el núcleo de mi hija, cumpliré ambas peticiones.
El día del experimento, Cyan llevó a Lilia al jardín trasero, un espacio amplio y tranquilo donde no serían interrumpidos. Tabitha y Vicente observaron desde la distancia, dejando a Cyan el control total del proceso.
La niña lo observaba con una mezcla de nerviosismo y curiosidad.
—¿De verdad crees que esto funcionará, Cyan? —preguntó Lilia, con una voz apenas audible.
—Confía en mí —respondió Cyan, mostrando una calma que ayudó a tranquilizarla—. Solo relájate y sigue mis instrucciones.
Lilia asintió y cerró los ojos mientras Cyan comenzaba a canalizar su maná. Concentrándose profundamente, Cyan extendió su energía hacia Lilia, guiando las partículas de maná que flotaban a su alrededor.
—Imagina un espacio vacío dentro de ti, un lugar oscuro pero tranquilo. Ahora, siente el aire a tu alrededor. El maná está ahí, como pequeños fragmentos flotando. Invítalos a entrar en ese espacio.
De repente, en el subconsciente de ambos, apareció una visión similar a la imagen enviada.
En ese momento, Cyan tuvo una visión en su subconsciente. La imagen que apareció fue un lugar brillante y etéreo, donde él y Lilia parecían estar rodeados de una luz multicolor. Era como si ambos estuvieran en un espacio intermedio,buscando las partículas correctas para formar su núcleo.
—¿Dónde estamos? —preguntó Lilia, su voz resonando como un eco en el extraño lugar.
—Esto es tu subconsciente —respondió Cyan—. Estamos conectando las partículas necesarias para formar tu núcleo.
Lilia extendió una mano hacia el centro de esta luz, guiada por Cyan, y sintió cómo las partículas comenzaban a fusionarse lentamente en un punto central dentro de su pecho.
Cyan, al percibir el exceso de maná que comenzaba a escapar de su cuerpo, tomó acción inmediata. Usando su propio control, absorbió las partículas sobrantes, estabilizando el entorno y evitando cualquier explosión o daño colateral.
Finalmente, Lilia abrió los ojos, con un brillo renovado en ellos.
—¿Lo logré? —preguntó, con emoción contenida.
Cyan asintió, sonriendo.
—Lo logré… —susurró repitiendo como no lo creyera, mirando a Cyan con asombro.
—No fue solo tú —respondió Cyan con una sonrisa—. Lo hicimos juntos.
—Tu núcleo ha despertado. Pero este es solo el comienzo. Ahora tendrás que entrenar mucho.
Desde la distancia, Vicente y Tabitha observaron con alivio y admiración.
—Ese niño es realmente extraordinario —susurró Tabitha.
Después del éxito, Vicente y Tabitha se mostraron profundamente agradecidos. Lilia, por su parte, no podía ocultar su admiración por Cyan.
—Gracias por ayudarme, Cyan. Prometo esforzarme para ser una buena maga.
Cyan asintió.
—Eso espero. A partir de ahora, entrenaremos juntos. Serás una maga excepcional, Lilia.
—Eso espero. A partir de ahora, entrenaremos juntos. Serás una maga excepcional, Lilia.
Mientras los sirvientes observaban a los dos niños hablando y riendo, no pudieron evitar hacer comentarios.
—Esos dos serían una pareja adorable en el futuro —susurró uno.
—No te adelantes. Son solo niños —respondió otro con una sonrisa.
La noticia del despertar de Lilia se extendió rápidamente entre los sirvientes, quienes no tardaron en bromear sobre la cercanía entre Cyan y la hija de los Helstea.
—¿Crees que esos dos terminarán casándose algún día? —comentó uno de los cocineros.
—Sería una alianza poderosa, sin duda —respondió otro.
Aunque Cyan ignoraba esos comentarios, Lilia a menudo se sonrojaba cuando los escuchaba.
Más tarde, Cyan tuvo otro encuentro con Reynolds Leywin, quien aún se recuperaba de su derrota anterior.
—Eres un prodigio, Cyan, pero no subestimes lo que significa ser un aumentado.
Un núcleo fuerte no lo es todo.
Cyan lo miró con respeto.
—Lo sé, señor Reynolds. Pero creo que hay formas de combinar ambas disciplinas. Un mago puede ser tan letal como un aumentado si sabe cómo usar su Maná correctamente.
Reynolds sonrió, intrigado por la visión de Cyan.
—Tienes ideas interesantes, muchacho. Tal vez seas el primero en demostrarlo.