La Familia de Riuz(Omniverso)

Chapter 32: 32) Progresando en el Pasado (2.5)



Riuz: "¡Henry! ¿¡Cómo es posible que no me avisaras de esto!? ¡¿Eres un hombre y tienes pechos?! ¡Esto no es normal! ¡Podría ser un tumor, una enfermedad rara o peor! ¿¡Por qué no me lo dijiste?!"

Henry: "Papá, tranquilo..."

Riuz: "¿¡Tranquilo?! ¿Cómo demonios quieres que me calme cuando mi propio hijo me confiesa que le crecieron pechos de la nada? ¡Voy a buscar un médico ya mismo!" —dijo frenéticamente, como si estuviera a punto de arrastrar a Henry hasta el hospital más cercano.

Henry: "No crecieron de un día para otro, y... no es algo raro. De hecho, era esperable..."

Riuz: "Explícate." —Entrecerrando los ojos, lleno de incredulidad— "Y más te vale convencerme antes de que te lleve al hospital aunque tenga que cargarte en mis hombros."

Henry: "¿Recuerdas cuando Hassies te pidió ayuda con... sus problemas de desarrollo? ¿Y cómo mamá te insistió durante semanas hasta que te pusiste a trabajar en una solución?" —Inició con timidez, como quien se dispone a soltar un secreto enterrado hace años.

Henry observó a su padre, quien ya estaba perdido en su memoria. Riuz comenzó a rememorar aquel episodio: Hassies había tenido una pubertad tardía y poco pronunciada, algo que en aquel mundo podía ser interpretado como una anomalía grave. Los médicos de su tiempo no tenían respuestas claras, pero, en un futuro, podría ser catalogada dentro de deficiencia hormonal. Su familia había recurrido a él, con sus conocidos talentosos y enigmáticos métodos, para una solución.

Riuz: "Ah, sí... Me pasé meses creando esa crema mágica... ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, la 'Womex'! Qué nombre tan horrible. Siempre dije que debía cambiarlo..." —Sonrió nostálgico, pero luego frunció el ceño al recordar un detalle importante.— "Aunque al principio fue un fallo total. ¡Como crema corporal no hacía nada! Fue por accidente que descubrimos que funcionaba si se... consumía."

Riuz suspiró con resignación. Claro que aquella solución nunca había sido pensada para ser ingerida. De hecho, el sabor era tan terrible que aún podía recordar las quejas de Hassies.

Henry: "Ella la usó por un tiempo, casi un año... pero después la dejó."

Riuz: "Espera, pero... ¿Por qué tu madre siguió pidiéndomela durante años después de eso? Creí que la usaba..." —Expreso confucion.

Henry: "Te la pedía... para mí." —Con un notable rubor en las mejillas.

Riuz: "¡¿QUÉ?! ¡¿Tu madre sabía que tú...?!" —Se quedó en silencio por unos segundos, tratando de procesar la revelación, antes de explotar. Su voz se alzó en un grito de incredulidad.— "¡¿Y nunca me lo dijo?!"

Henry: "No te enojes con ella. Le hice prometer que no te lo contaría. Fue un secreto entre nosotros..."

Riuz pasó de la incredulidad al enfado y luego al cansancio. Soltó un largo suspiro, dejando que su frustración se disolviera lentamente. Su mirada, aunque aún severa, empezó a suavizarse.

Riuz: "Eres un idiota por ocultarme esto... Pero no puedo culparte del todo. Aun así, esto es ridículo." —Dijo con un suspiro exasperado.

Henry: "Perdón, papá..."

Riuz: "Entonces... ¿comiste esa crema? ¿Durante cuánto tiempo?" —Frunció el ceño otra vez, con tono inquisitivo.

Henry: "Un poco todos los días... durante unos dos años seguidos. Cuando dejaste de fabricarla, tuve que racionarla." —Evadiendo la mirada de su padre y jugando nerviosamente con sus manos.— "No quería levantar sospechas pidiéndote más."

Riuz: "¿Y estás bien? Fue planeado para que la usaran mujeres, ¿no tienes nada raro?" —preguntó, aún preocupado por su hijo.
Henry: "Ningún problema notable, o al menos nada que sea puramente negativo."
Riuz: "Por eso tu voz y tu cuerpo..."
Henry: "Sí, cambiaron, pero hice lo que pude por ocultarlo."
Riuz siguió mirando a su hijo e, involuntariamente, volvió a apretar uno de sus pechos, haciendo que este soltara un gemido.
Riuz: "Lo siento, costumbre."
Henry: "Está bien... hoy están sensibles..."
Riuz: "No te diré que no estoy sorprendido de que hayas consumido esa asquerosa crema para conseguir esto... Son muy realistas, y créeme, sé de pechos, ¿sabes cuántas hermanas tienes? Tus pechos, aunque no iguales a los de una mujer, se acercan demasiado... Si no fuera porque vi tus cosas colgantes cuando te caíste, hasta dudaría si no te convertiste por completo en una mujer."
Henry: "El cambio no llegó a tanto... pero bueno... hubo una ocasión en que..." —dijo, haciendo una pausa y desviando la mirada— "Había rastros de que hubiera lactado."

Riuz: "Wow..."

Un silencio incómodo se extendió entre ambos. Henry se avergonzaba, y su padre no sabía cómo reaccionar, terminando por apretar involuntariamente los pequeños bultos que ahora adornaban el pecho de su hijo.
Henry: "¡Papá!" —se quejó, apartando la mano de su padre— "Al menos... invítame a cenar primero."
Riuz: "¿Henry? ¡¿Me acabas de responder como yo lo haría?!" —preguntó sorprendido, antes de sonreír con alegría.
Henry: "Tal vez" —respondió, desviando la mirada.
Riuz: "Bueno, no voy a negar que no serías mi tipo. Cuando llegué, te confundí con una de tus hermanas... pero Gretel no era..." —Se detuvo un momento, con cierta vergüenza por lo que estaba a punto de decir— "Tan... hermoso... tan hermosa como tú... especialmente después de que ganara esos kilos."

Henry: "¡Sí! Está tan gorda ahora... ¿Cómo pudo subir tanto de peso en el último año? Si se razurara la lana, alguien podría confundirla con una cerda" —respondió con un tono burlón, mucho más relajado y menos tenso que antes.

Riuz: "¡Oye! Es tu hermana, más respeto... pero sí, jejeje."

Intercambiaron un par de risas, burlándose de la hermana que no pudo resistirse a los pasteles. Sin embargo, la risa de Henry se apagó repentinamente, y su expresión se tornó pensativa. Un rubor cálido se extendió por sus mejillas mientras bajaba la mirada.

Henry: "Entonces... ¿soy hermosa?" —preguntó, apretando con fuerza la ropa de su padre entre sus manos, evitando mirarlo a los ojos.— "Sé sincero..."

Riuz: "Hmmm... " —Se quedó en silencio por un momento, como si estuviera considerando la mejor forma de responder. Finalmente, tomó la barbilla de Henry con suavidad y la levantó, obligándolo a mirarlo directamente a los ojos. Henry temblaba ligeramente bajo su mirada, con su delicado maquillaje y su expresión vulnerable. Luego de contemplarlo por unos segundos, respondió— "Mucho... más de lo que crees."

Henry: "¿De verdad?" —Sus ojos se iluminaron levemente mientras preguntaba con una mezcla de nervios y emoción contenida.

Riuz: "Sabes, te pareces mucho a tu madre cuando era joven. Aunque ella no usaba maquillaje y era un poco más... robusta, quizá porque su lana era más abultada. Pero cuando te miro, en cierto modo, me recuerda a ella. Era hermosa... o al menos, así la veía yo." —Sonrió con nostalgia.

Henry: "Oh..." —Murmuró, bajando la mirada, visiblemente deprimido. 

Riuz: "No pienses que eso te quita valor." —Sacudió la cabeza con una leve sonrisa.— "Tú también tienes tus propias cualidades, cosas que te diferencian de ella... quizá incluso le ganes en algunos aspectos."

Henry: "¿Como cuáles?"

Riuz: "No sé... por ejemplo, que eres mi hijo, y te amo por eso. Además, eres un poco más alto que tu madre." —Rió al ver cómo Henry hacía un puchero.— "Y sabes usar maquillaje mejor que cualquiera de tus hermanas, o incluso que tu madre. En serio, ¿cómo demonios lo haces? Ni tu madre, a su edad, puede maquillarse para verse tan linda como tú."

Henry: "Años de práctica... Desde que era pequeño, robaba un poco de lo que les comprabas a mis hermanas. Otras cosas me las dio mamá cuando..." —Hizo una pausa, desviando la mirada.— "Bueno, al final terminé comprándomelo yo mismo. A Kiara no le gusta que lo use, así que lo hago cuando ella no está. Dice que le gusta más cómo me veo al natural."

Riuz: "Oh... ¿y todo lo que ella dijo?" —preguntó, refiriéndose a la intimidad que se había revelado antes, con un tono cuidadoso.

Henry: "..." —Guardó silencio por un momento, evitando la pregunta antes de desviar la conversación.— "¿Sabes cómo empezó todo esto?"

Riuz: "No..." —Suspiró, sabiendo que su hijo estaba esquivando el tema, pero optó por seguirle el juego.— "Y me gustaría saberlo." —Hizo una pausa, su tono adquiriendo una mezcla de duda y honestidad.— "Sabes, cuando algunas de tus hermanas me dijeron que eran lesbianas, pasé mucho tiempo preguntándome si era algo genético, quizá por mis madres... o si fue algún error mío. No creo que esté mal, pero tampoco que esté del todo bien sin una razón." —Se frotó la nuca, evidentemente incómodo.— "Y contigo... todo esto... se que dijiste que no eres gay..."

Henry: "No lo soy." —Interrumpió.

Riuz: "Lo sé, lo se... No lo eres. Pero..." —Hizo una pausa, el pesar en su voz era evidente.— "Si yo fui la causa de todo esto, quisiera saberlo."

Henry: "No puedo decir que tengas toda la culpa, pero tampoco puedo culparte solo a ti. Yo, cuando era niño... los encontré a ti y a mamá... bueno... teniendo sexo en la habitación" —dijo con cierta vergüenza al recordar el pasado, su primer recuerdo erótico, por así decirlo.
Riuz: "No me sorprende" —suspiró con pesar— "De hecho, con lo activo que soy en ese aspecto... lo raro sería que no nos hubieras atrapado en el acto, o que solo hubiera pasado una vez. Siempre pensé que el problema con tus hermanas también se debió a eso. Yo no podía contenerme y el ambiente de la casa siempre fue muy sexual... es algo de lo que me culpo a menudo, pero al mismo tiempo sabía que difícilmente habría pasado de otro modo."
Henry: "Sí, lo hacían mucho, pero esa fue la primera vez que lo vi, no solo que lo escuché... o lo olí" —comentó, avergonzado de su niñez— "Bueno, yo... los escuché y encontré un agujero por el cual se podía ver a través... Y, bueno... yo... miré... y todo se vio muy claramente, casi sentí que estaba junto a ustedes mirándolos."
Riuz: "Henry, yo... lo siento" —se disculpó con dolor.

Henry: "No, como dije, no fue enteramente tu culpa... Yo pude haberme ido en cualquier momento, pero..."

Riuz: "¿Pero?"

Henry: "No lo hice. Me quedé mirando... no podía apartarme. No sabía por qué, pero no podía dejar de mirar."

Riuz guardó silencio por un momento, su mirada fija en su hijo, duando si acotar algo. Finalmente decidió no decir nada, viendo la seriedad en el rostro de Henry.

Henry: "¿Sabes qué fue lo que vi, más allá de todo?" —Lo miró directamente a los ojos, su voz casi temblando, pero con decisión.— "Vi felicidad. Los ruidos, las expresiones... al principio me asustaron, pero también sentí algo más: ustedes se veían inmensamente felices, más felices que nadie en el mundo."

Riuz: "Sí... es una forma de decirlo." —Dijo rascándose la nuca.

Henry: "Nunca pude identificarme contigo, papá. Nunca sentí que pudiera ser como tú." —Se inclinó un poco hacia adelante, su tono volviéndose más bajo y cargado de vulnerabilidad.

Riuz: "Porque soy humano." —Suspiró, reconociendo un peso familiar.— "Todos mis hijos e hijas pasan por lo mismo. Siempre terminan identificándose más con su madre, porque somos de razas distintas, por lo menos en un inicio. Esa barrera... siempre es difícil de superar."

Henry: "Sí... El hecho de que yo sea una oveja siempre me hizo sentir muy diferente a ti. Pensé que nunca podría ser tan genial como tú... y, siendo honesto, creo que aún lo pienso un poco."

Riuz: "Henry..."

Henry: "Está bien." —Levantó una mano para detenerlo, esbozando una sonrisa pequeña pero triste.— "Eso no es lo que quiero decir ahora. Lo que quiero decir es... Como no podía creer que podría ser tan genial como tú, pensé que lo mejor sería intentar ser tan genial como la siguiente persona más increíble que conocía: mamá."

Riuz: "Bueno, eso tiene sentido. Tu madre es súper, ultra, mega genial." —Rió con suavidad, un intento de humor que, para su sorpresa, arrancó una ligera risa a Henry.

Henry: "Cuando la vi en ese momento, cuando me dije que quería ser como ella..."

Riuz: "¿Así comenzó todo? ¿Queriendo ser una mujer?" —Frunció el ceño ligeramente, tratando de atar los cabos.

Henry: "No quería ser una mujer. Al menos, no en ese momento, y creo que ahora tampoco." —Negó con la cabeza, una mezcla de paciencia y honestidad en su expresión.— "Solo quería ser como ella. La oveja más genial de todas... y ser tan feliz como ella lo parecía en ese momento."

El humano abrió la boca para decir algo, pero se detuvo. Nada de lo que pensaba parecía adecuado. Ni sus intentos de bromear ni sus palabras más serias lograban salir. Finalmente, solo suspiró, mirando a su hijo, sin saber que sentir ¿Preocupación, tristeza, culpa, aceptación...?

Henry: "Te dije, papá, que no te culpo por casi nada. Fuiste un gran padre. Me diste todo lo que tengo: educación, valores, seguridad... Me protegiste, me compraste la casa, aceptaste a Kiara, y tengo un trabajo estable en tu negocio."

Riuz: "Un trabajo en el que, claramente, podrías tener un mejor puesto si quisieras."

Henry: "Me gusta donde estoy. Es suficiente para sentirme útil. No quiero ser como algunas de mis hermanas, que solo se quedan en casa viviendo de tu dinero." —Sonrió, encogiéndose de hombros.

Riuz soltó una leve risa, pero antes de que pudiera responder, Henry alzó la mirada. Su semblante cambió, endureciéndose un poco, aunque solo para ocultar lo que realmente sentía: un nudo en el estómago, un corazón desbocado y un sudor frío que amenazaba con delatarlo.

Henry: "Pero volviendo al tema... hay algunas cosas que todavía no me reconcilio contigo," —soltó finalmente, con un tono que pretendía ser serio, pero que no lograba encubrir su nerviosismo.

Riuz: "¿Qué cosas?"

Henry: "¿Soy tan hermoso como mis hermanas?"

La pregunta salió con dificultad, como si cada palabra pesara toneladas.

Riuz: "Incluso más hermoso que varias de ellas."

Respondió con sinceridad.

Henry: "Y si yo... fuera una chica..." —tomó coraje para mover su mano hasta la entrepierna de su padre lentamente— "¿Me hubieras hecho lo mismo que a ellas?

Riuz tuvo un sobresalto al sentir esas patas acariciando su pantalón, o el miembro debajo de ellos. Sudó un poco mientras contenía su respiración por la tensión de esta situación que nunca esperó o imaginó llegara a suceder.

Henry: "¿Lo-lo-lo harías...?" —Tartamudeó, casi al borde de las lágrimas, con el miedo atravesándole como un cuchillo. Sabía que estaba arriesgando demasiado, pero también sabía que esta podría ser su única oportunidad.

Riuz: "Creo... *Glup*..." —Tragó saliva con esfuerzo. Luego, como buscando inspiración divina, agarró el vaso de leche en la mesa y le dio un gran sorbo exagerado.— "Creo que esta leche, con su altísimo contenido de alcohol, me está empezando a marear."

Henry lo miró, sus ojos todavía empañados y llenos de incertidumbre. Estuvo a punto de soltar un desconcertado "¿Qué?", pero entonces la mirada de Riuz lo detuvo. Aquel reproche silencioso, pero intensamente claro, le transmitía un mensaje imposible de ignorar: "Sigue el juego. Esto es demasiado para mí."

Henry: "Sí... con mucho alcohol." —Respondió, esforzándose por mantener la compostura bajo la intensa mirada de su padre, aunque su voz aún temblaba.

Riuz: "Sí... tanto que estoy empezando a oír cosas raras. Pero, si tuviera que responder a estas alucinaciones inducidas por el alcohol... diría: ¿sí?" —Lo dijo con un tono que simulaba confianza, pero que apenas lograba disfrazar su incomodidad. Su lenguaje corporal era el de un hombre que estaba a punto de creerse su propia excusa.

Henry: "Entonces... yo también... como mis hermanas..."

—Las palabras salieron en un susurro, tímidas y vacilantes. El extraño acto de su padre le daba algo más de seguridad, pero el temblor en sus manos y piernas no desaparecía del todo.

Riuz: "¡Qué diablos! Sí, estás más buena que muchas. Sucedería. No sé si bajo la 'tradición familiar' o por accidente, como las primeras veces... pero probablemente no escaparías del mal que habita en esta familia." —Lo dijo con un tono deliberadamente borracho, su mirada perdida en algún punto indefinido, como si aquello le ayudara a evitar la realidad de la conversación.

Un silencio pesado cayó entre los dos. Los corazones de ambos latían con fuerza, rompiendo el ritmo natural de aquel momento extraño y tenso.

Finalmente, Henry, ansioso pero emocionado, se levantó de las piernas de su padre. Sus pasos eran tambaleantes, pero se las arregló para mantenerse firme frente a él.

Henry: "¿Te gustaría ver mejor cómo me afeité la lana? Kiara me ayudó, y el corazón quedó bastante bien..."

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