Chapter 14: 14) Bella, Futura A...
Pan y yo volvimos para el almuerzo después de salir del invernadero. Aún me sentía un poco abrumado por lo que había ocurrido allí. No es que fuera una experiencia terrible; de hecho, estoy seguro de que, con el tiempo, podría acostumbrarme y hasta disfrutarlo. Pero esta primera vez fue demasiado intensa.
Me sentía como si tuviera un gran secreto, y, aunque lo tenía, me resultaba difícil disimularlo. Hermione lo notó de inmediato y parecía muy interesada en saber por qué temblaba cada vez que me miraba. Por suerte, mis madres sabían cómo desviar la conversación. Ellas sabían lo que había pasado, de hecho, lo habían planeado juntas, y ahora me ayudaban a mantener la calma y la discreción.
Fue un día bastante complicado, entre esquivar las preguntas de Hermione, jugar un poco con Luna y tratar de comprender una extraña sensación que había surgido dentro de mí.
Durante la tarde, sentí como si algo más se hubiera despertado en mi interior. No algo literal, sino más bien una especie de intuición o sentimiento profundo. Después de un rato de concentrarme en esa sensación, pude visualizar algo muy en el fondo de lo que creo que es mi alma. Allí, rodeado de las mismas energías que emanan de mis poderes —ese rosa perverso y ese celeste purificador—, vi lo que parecía ser un pequeño planeta. Sí, un miniplaneta, pero algo inestable. A veces era una esfera como nuestro propio mundo, otras veces se transformaba en un cubo, y en otros momentos parecía un terreno plano o algo mucho más ilusorio, sin forma fija.
Sentí una conexión especial con este "mundo interior". Era como si, de alguna forma, pudiera entrar en él. Intenté hacerlo, pero había una barrera o una fuerza que me impedía el acceso. Hice varios intentos, pero sentía que me agotaba antes de llegar siquiera a la mitad del camino. Sin embargo, en un momento de inspiración, decidí intentar enviar algo distinto a mí mismo, y me sorprendí.
Tomé una moneda, un galeón de mis ahorros y traté de visualizar cómo enviarla a ese lugar. Pensé que, si no tenía la fuerza suficiente para entrar yo mismo, quizá enviar algo más sencillo sería posible. Y así fue. Aunque me costó bastante al principio, logré hacer que el galeón desapareciera de mis manos y apareciera en ese miniplaneta. Pude verlo sobre el pasto verde de ese mundo interior. Estaba eufórico, hasta que intenté sacarlo de allí de vuelta. Fue difícil, tan complicado como cuando lo metí, pero logré hacerlo.
Mis hermanas me miraron con curiosidad mientras yo sudaba durante media hora, haciendo aparecer y desaparecer la moneda. Hermione, fascinada por la magia, intentó aprender el truco, ya que siempre ha tenido interés por la magia, pero, como con mis otros poderes, no era algo que pudiera enseñarle. La frustración de Hermione fue evidente, y terminé pagándolo: no me golpeó, pero me hizo una llave que me dejó inmovilizado y me dio nalgadas para "compensar" las que ella había recibido cuando la castigaron esta mañana.
Al final del día, lo más memorable, además de lo ocurrido con Pan en el invernadero, sucedió durante la cena. Mis madres habían tenido tiempo de hablar sobre lo que pasó, pero, afortunadamente, ese no fue el tema de conversación. Me sentía un poco nervioso, aunque sabía que ellas estaban al tanto y todas estaban involucradas en esto de alguna manera.
Bella: "Niños... tengo algo que preguntarles."
Todos nos volvimos hacia ella. Su expresión no tenía la alegría usual de cuando nos miraba; esta vez parecía hablar de algo serio.
Bella: "¿Qué pensarían si me convirtiera en auror?" —Nos preguntó con seriedad, examinando nuestras caras para captar nuestras reacciones.
La pregunta nos tomó por sorpresa. Nuestra madre nunca había dado indicios de querer algo así, así que que nos dijera esto de repente nos resultaba raro.
Hermione: "¿Nos quedamos sin dinero?" —preguntó pensativa. Sabíamos que teníamos la fortuna Black, pero ahora Hermione dudaba si sería tanta como creía y si tal vez estábamos en problemas.
Bella: "No, Hermione, tenemos dinero de sobra."
Luna: "¿No quieres estar en casa con nosotros?" —preguntó con inocencia, a pesar de la seriedad de sus palabras. Bella pasaba la mayor parte de su tiempo en casa con nosotros, y ser auror podría impedirle tener esa misma libertad.
Bella: "No, mi amor, nada me hace más feliz que estar con ustedes" —dijo, acercándose para acariciar a Luna— "Pero... siento que me falta algo."
Riuz: "¿Qué cosa?"
Bella: "La emoción... la emoción de la batalla. Cuando era joven, siempre me gustaron los duelos y el combate, igual que a Hermione. Incluso en la etapa más oscura de mi vida, disfrutaba la batalla, aunque estaba siendo guiada por las personas equivocadas. Siento que con los años he perdido el toque, pero ese deseo de pelear nunca me abandonó. Ahora que nuestra familia está estable, quería ver si aún puedo moverme como antes. Créanme, ustedes son lo más importante para mí, y si ser auror me quitara siquiera un poco de tiempo con ustedes, ni lo consideraría. Pero... quiero ver si esto puede avivar la llama que llevo en mi corazón."
Al escuchar a nuestra madre hablar con tanta sinceridad, todos nos quedamos en silencio. En realidad, no creo que ninguno tuviera un problema con su decisión, más allá de la preocupación por el peligro que podría enfrentar. Nos miramos entre nosotros, y luego miramos a nuestras otras madres.
Jean: "Bella nos habló de esto hace tiempo, y lo hemos discutido entre nosotras. Pan y yo siempre hemos podido dedicarnos a lo que nos gusta, y eso ha sido posible gracias a ella."
Pan: "Pensamos que ella también merece buscar lo que desea."
Bella: "Ya lo hemos hablado entre nosotras, pero queríamos saber cuál es su opinión antes de tomar esta decisión."
Riuz: "¿Vas a tener cuidado, verdad?" —le dije, preocupado. No me molestaba que quisiera hacerlo, pero su seguridad era muy importante para mí— "No podría soportar que te pasara algo."
Bella: "Oh, mi niño, no te preocupes. Nada le pasará a mamá. Tengo que regresar sana y salva para estar con los niños más lindos que existen." —dijo, acercándose para abrazarme.
Hermione: "Por mí está bien; que patee algunos traseros. Posiblemente yo también sea auror cuando crezca" —comentó sin mostrar mucha emoción, aunque seguía comiendo y estaba claramente preocupada por la seguridad de su madre.
Luna: "¿Entonces ya no estarás en casa?" —preguntó con dudas. Aunque todos decían que era peculiar, eso no la hacía tonta. Sabía que esto podía hacer feliz a nuestra madre, pero tenerla lejos era difícil para ella.
Bella: "No se preocupen por eso. Jamás me alejaría de ustedes por tanto tiempo. Ser Lady Black tiene sus beneficios. Puedo tener ciertas libertades que otros no tendrían, así que, aunque sea auror, mis horarios serán diferentes a los de los demás. No creo que se nieguen a concederme ese privilegio. Muchos me detestan, pero preferirían tenerme trabajando como auror a que ocupe el puesto que me corresponde en el Wizengamot."
Luna: "Hmmm..." –asintió luego de escucharla–. "Yo también estoy de acuerdo, pero no te lastimes, o lloraré, y Riuz llorará, y Hermione llorará."
Hermione: "¡Yo no lloro!"
Nuestras madres rieron al escuchar esto. Con nuestra aprobación, Bella iría en unos días a solicitar el trabajo. Esa noche fue de celebración por la futura auror destacada que sería nuestra madre.
...
Volvamos a lo que sucedía entre mis madres y yo. A pesar de que normalmente actuábamos con normalidad, todo cambió un poco desde que tuvimos sexo. Mis madres parecían ser más audaces en sus acciones, especialmente Jean y Pan, con quienes ya había tenido intimidad. Cuando estábamos a solas, era el momento perfecto para actuar, y si no lo estábamos, las demás podían colaborar para brindarnos ese pequeño espacio privado para proceder.
Los besos de lengua se volvieron comunes, si no había nadie presente era nuestro saludo habitual. Estaban esos momentos, en la cocina, donde me sentaban sobre la mesada y me daban una mamada. El sexo en el suelo del invernadero. Lo que mas podría decir que me dejaba terriblemente nervioso era lo que hacía Pan. Ella me sentaba en sus piernas cuando estábamos en la mesa y metía su mano en mis pantalones y me hacía una paja, sin retirar mis pantalones ni nada para que sea fácil ocultarlo. Seguía hasta que me corría en mi ropa o en la suya, pues a veces usaba las mangas de su túnica para masturbarme. Cuando me quejé de correrme sobre la ropa lo que dijo fue.
Pan: No te preocupes, puedo limpiarlo fácilmente con un movimiento de mi varita. Además, no es como si no hubiera tenido mi ropa llena de semen antes.
Esas palabras me dejaron entrever un poco más sobre la relación entre mis madres y las locuras que hacen.
La experiencia era extraña y aterradora, sobre todo porque Pan podía hacer estas cosas incluso cuando mis hermanas también estaban en la mesa, aunque sabía disimularlo bien. Aun así, la situación me ponía muy nervioso.
Pero eso solo abarcaba lo que sucedía entre Pan y Jean. El momento de encontrarme con mi última madre, con quien aún no había tenido ninguna experiencia, estaba cerca; sabía que vendría pronto, según lo que habían mencionado Pan y Jean.
Una tarde, después de que Jean y Pan se encargaran de mantener a Hermione y Luna ocupadas, Bella me llamó a su habitación. Estaba nervioso, pero me había estado preparando mentalmente los dos días anteriores, después de lo que había pasado con Pan.
Al cruzar la puerta, la vi allí, de pie junto a la cama. Bella me miraba con una mezcla de ternura y un nerviosismo similar al mío. No sabía que ella también se sentía algo ansiosa; quizás le preocupaba no cumplir mis expectativas o que no la encontrara atractiva. Pero trataba de ocultar sus inseguridades.
Bella: "Supongo que sabes lo que vamos a hacer" –dijo en un tono ligeramente bromista.
Riuz: "Sí."
Nos miramos en silencio antes de empezar a quitarnos la ropa. Intenté no mirarla directamente, y ella, aunque tampoco quería incomodarme, no se resistió a observar mientras me desvestía. Cuando ambos nos quedamos solo con la ropa interior, nuestras miradas se cruzaron por un momento, y, como si tuviéramos el mismo impulso, rápidamente las desviamos, cada uno fingiendo no haberse dado cuenta.
Ya completamente desnudos, volvimos a alzar la vista y, ahora sí, nos vimos de verdad, contemplando los cuerpos del otro. Bella parecía maravillada, no tanto en un sentido sexual, sino como si no pudiera creer lo que veía. La expresión en su rostro decía que, para ella, yo era lo más hermoso que había visto, como si aún no pudiera creer que me había dado vida. Yo también la observaba, impresionado... hasta que, al bajar la mirada, algo me distrajo.
Ahora, completamente desnudos, levantamos la mirada y pudimos observar el cuerpo del otro, con una mezcla de asombro y nerviosismo. Bella parecía extasiada, pero no de un modo puramente físico; era una mirada llena de orgullo y ternura. Observándome, parecía pensar que yo era lo más hermoso que había visto, como si aún no pudiera creer que me había dado vida.
Yo también la observaba, hipnotizado... hasta que mis ojos descendieron y noté cierto detalle. Ahí estaba el problema. Sí, sabía que tenía eso, pero verlo tan de cerca era diferente. No pude evitar hacer una comparación.
Miré su pene.
Miré el mío.
El suyo.
El mío.
El suyo.
El mío.
...
...
...
Mi madre notó dónde estaba mi atención y no dijo nada, dándome tiempo para procesarlo. Por otro lado, ella también se tomó su momento para observar mis cositas.
Sin poder evitarlo, crucé los brazos con un pequeño puchero, utilizando mis poderes para aumentar mi tamaño, lo justo para sentirme un poco menos en desventaja. Sí, sabía que era algo infantil, pero era un golpe al orgullo ver que mi madre tenía un aparato que me superaba en tamaño. A nadie le gusta escuchar eso.
Bella sonrió y se acercó a mí, aún con esa expresión cariñosa.
Bella: "Jeje, Riuz." —Su voz era suave mientras ponía una mano en mi hombro— "No tienes que preocuparte por eso. No tienes que cambiar nada; Es perfecto tal como está ahora. Quiero que seas tú mismo, sin usar tus poderes para modificar nada. Que se quede tal y como está."
Riuz: "¡Pero, Mamá!" —me quejé, sin entender por qué no me dejaban usar mis poderes; después de todo, para algo estaban, ¿no?
Bella: "Shhhh… no te preocupes tanto por estas cosas. Tranquilo, ya crecerá en algún momento… creo." —Me respondió con voz maternal, aunque dudó un poco al final.
Riuz: "¡¿Espera, crees?! ¡¿No estás segura?!" –exclamé con algo de nerviosismo ante su falta de certeza.
Bella: "Jeje…" —rió un poco incómoda ante mi reacción—. "No es que no vaya a crecer, solo que no estoy completamente segura de cómo. Verás, el mío no creció naturalmente." —Dijo, señalando su propio pene— "Tuve que usar magia para obtenerlo. Aunque con el tiempo se volvió parte de mí como algo natural, no pasé por el proceso natural de crecimiento que experimentan los chicos. Así que no soy la mejor para explicarte eso. Pero no te preocupes, hasta donde sé, debería crecer a su propio ritmo."
Asentí ante sus palabras, algo más tranquilo. Al menos no era algún extraño defecto genético en nuestra familia que impidiera el desarrollo normal.
Ya calmado, empecé a sentirme un poco incómodo. Bella, al acercarse, parecía no notar lo cerca que su… bueno, lo tenía de mi cara, y no era una visión precisamente agradable desde esa posición. Cuando lo notó, simplemente se rió, tomó mi mano, y me guió hasta la cama. Al llegar, me agarró por las axilas y, con una sonrisa divertida, me lanzó suavemente sobre las sábanas.
Bella: "Creo que ya tienes algo de experiencia con Pan y Jean, ¿verdad?"
Riuz: "Sí."
Bella: "Bien, entonces creo que no necesito explicarte mucho y puedo pasar a la acción. Pero si tienes alguna duda, solo dime."
Riuz: "Hmm..."
Bella se acercó, apoyando sus brazos sobre la cama, y no pude evitar compararla con un depredador acercándose lentamente a su presa. Su mirada peligrosa y movimientos gráciles me hipnotizaban. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, me besó. Era un beso más parecido a los de Jean que a los de Pan, pero Bella tenía una habilidad que no había sentido antes. Dominaba la lucha de lenguas con precisión, como si conociera cada movimiento que me haría perder el control.
Separó nuestros labios con un sonido firme, me sonrió, y comenzó a besarme el cuello, succionando de vez en cuando y logrando que un escalofrío me recorriera. Luego fue bajando lentamente hasta llegar a mi pecho desnudo, donde atacó con cuidado mis pezones. Primero lo besó suavemente, y luego comenzó a succionarlos y juguetear con ellos usando los dientes, mientras sus dedos jugaban con el otro.
La miraba, sorprendido por su concentración y habilidad, pero también un poco avergonzado.
Riuz: "¿Qué… qué estás haciendo?"
Bella: "Jugando con tus pequeños botones. No te preocupes, te haré sentir bien. Solo déjame enseñarte…"
Riuz: "Es que… se siente raro."
Bella: "Tranquilo, es normal. Solo deja que mami se encargue, y lo disfrutarás aún más."
Riuz: "No me refería a eso… en ese sentido."
Bella levantó la cabeza y me miró, algo confundida, y luego bajó la vista hacia mis pezones, captando lo que quería decir. Sus mejillas se ruborizaron un poco.
Bella: "Ah… perdón, creo que he pasado demasiado tiempo teniendo sexo con mujeres." —Rió, un poco avergonzada, aunque no podía negar que le parecían encantadores mis pequeños pezones.
Riuz: "Está bien… solo… es que se siente un poco baboso." —Dije, limpiando con la mano el rastro de saliva de uno de ellos.
Bella: "Déjame compensarte."
Con una sonrisa segura, Bella me miró fijamente y bajó una última vez para darme un beso en el pecho antes de continuar su recorrido con suaves besos por mi abdomen, mi ingle, y luego…
Ella evitó mi pene y en cambio sujetó mi pierna, levantándola para comenzar a besar la parte más baja de mi muslo. Suavemente pero sin descanso, fue bajando constantemente. Deteniéndose ocasionalmente para succionar mi piel, lo que me provocaba cosquillas y otras sensaciones indescriptibles. Siguió descendiendo hasta que su cabeza se encontró frente a mi pene, mirándolo como un depredador a su presa, así también como una madre mirando lo lindo que era su hijo y cuanto había crecido.
Con una habilidad increíble, lo introdujo rápidamente en su boca hasta el fondo, sin rozar siquiera con sus dientes. Bueno, tampoco era muy difícil considerando mi tamaño, lo cual no me hacía sentir muy satisfecho.
Pero mamá era algo... podía sentir cómo jugaba con mi pene con su lengua, como si tuviera un control absoluto sobre él. No bajaba ni subía, simplemente jugaba con el y chupaba, pero era suficiente. Además, me miraba mientras lo hacía, intimidándome un poco. Usaba una de sus manos para sostenerse en uno de mis muslos, mientras que la otra pasaba por debajo de mi otra pierna y empezaba a jugar con mis pezones nuevamente.
Tenía más resistencia que antes, pero no podía dejar de notar la verdadera habilidad de Bella. Jean y Pan sabían lo que hacían, pero nada comparado con ella. Me sentía un poco vulnerable mientras jugaba conmigo, y después de un rato, me corrí en su boca. Ella no se alejó mucho, simplemente lo suficiente para tragar y luego volvió a bajar para succionar y jugar unos segundos más mientras todavía me sentía débil y sensible. Finalmente se separó de mí y se alejó, no sin antes darle un beso a mi pequeño yo.
Aún me estaba recuperando de mi climax, recostado en la cama. Después de mis experiencias pasadas, podía controlarlo mejor y eso era algo por lo que estar agradecido. Sin embargo, lo que no me gustó para nada fue que mi madre, al verme en ese estado, tuvo un ataque de ternura y se acercó para besarme.
Riuz: Aggg... —Me alejé al instante y comencé a restregar mis labios y lengua sobre las sábanas y la almohada.
Bella: "Jaja... eres tan dulce." —Se ríe a carcajadas, acariciando mi espalda mientras yo seguía restregándome, intentando deshacerme de esa sensación imaginaria que me atormentaba. "Cálmate, no hay nada malo en esto. Solo fue un beso, y ya me había tragado todo. Además, todo eso salió de ti."
Riuz: "¡No lo quiero de todas formas!" —Dije, casi al borde de las lágrimas, aunque sin llegar a llorar.
Bella: "Tranquilo, te acostumbrarás."
Riuz: "No quiero acostumbrarme," —respondí, sintiéndome algo asustado.
Bella: "Al principio también me daba asco, pero después de tanto probarlo, ya no importa. Jean y Pan me han dejado experimentar tanto conmigo misma que ya conozco mi propio sabor... y, por cierto, es muy similar al tuyo" —Su sonrisa se ensancha mientras saborea el recuerdo.
Riuz: "La la la… no te oigo." —Dije, tapándome los oídos. Escucharla hablar de eso no estaba ayudando en absoluto.
Mi madre se rió aún más ante mi reacción y saltó sobre mí para hacerme cosquillas. Eso me hizo reír y llorar al mismo tiempo, pero si su intención era distraerme, definitivamente lo logró.
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Hola, chicos. Les escribo porque quiero conocer sus opiniones y deseos. Estoy emocionado por iniciar con el mundo de Zootopia, así que en el siguiente capítulo o el otro, iniciará el viaje. He planeado mezclar el universo de "Zootopia" con el de "Sing". Si tienen ideas sobre otros mundos modernos de animales antropomórficos que puedan agregar, ¡no duden en decírmelo!
En cuanto a estos mundos (Zootopia y Sing), me gustaría saber qué quieren ver. Me refiero a lo siguiente:
>¿Qué objetivo debería tener Riuz en estos mundos?
>¿Qué escenas les gustaría que incluyera?
>¿Cuáles son sus metas objetivos(mujeres)?
>¿Qué cambios desean ver en el mundo?
>¿Debería ser un ambiente más oscuro o similar al de las películas?
>¿Debería haber cambios de género en algún personaje?
>Cuál será el origen de Riuz: ¿Aparecerá de la nada, renacerá en ese mundo y obtendrá recuerdos al convertirse en adulto o adolescente? ¿Quiénes serían sus padres? ¿Será humano o animal?¿Qué animal? ¿Cómo reaccionarán los demás ante eso?
Espero sus comentarios. ¡Gracias!
patreon.com/Lunariuz