Jenn×Emma×Allen

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Tim Burton estaba sentado en una de las sillas del set, observando con atención la actuación de Jenna junto a los extras en la piscina. Su mirada se movía con un escrutinio agudo, corrigiendo los errores cometidos por los extras en sus diálogos. Era un trabajo que requería paciencia y precisión, y en ese momento, se sentía más frustrado de lo habitual. La escena, que debería ser fluida y natural, se había convertido en un laberinto de repeticiones. Era frustrante para él, ya que tenían que repetir las tomas veinte o más veces para corregir los errores, pero era una frustración a la que ya estaba acostumbrado a lo largo de toda su carrera como productor.

Mientras observaba, sintió cómo la tensión se acumulaba en sus hombros. Cada error de los extras parecía un recordatorio de lo complicado que podía ser el proceso creativo. "Vamos, chicos, ¡concéntrense!", pensó para sí mismo, intentando mantener la calma. La presión de cumplir con los plazos y las expectativas pesaba en su mente como una losa.

De repente, el sonido de su teléfono vibrando rompió la concentración que tanto había luchado por mantener. Era una llamada de su asistente. Afortunadamente, había configurado su celular en vibrador para no interrumpir la filmación. Se levantó de su asiento, sintiendo la incomodidad del tiempo perdido, y avisó al personal detrás de cámaras que continuaran con la filmación mientras él se alejaba para atender la llamada.

—Hola, Drake. Dime, ¿qué noticias tienes? —dijo Tim, con un tono de voz que intentaba sonar tranquilo, a pesar de la inquietud que empezaba a formarse en su pecho. La voz de Drake, su asistente, resonó al otro lado de la línea, cargada de una gravedad que hizo que Tim frunciera el ceño. —Sr. Burton... lamento informarle que la reunión fue un completo fracaso.—

—¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó Tim, su preocupación creciendo. Había pocas situaciones en las que su asistente no podía manejar, y esas eran aquellas que estaban fuera de su liga. —Resultó que el ejecutivo enviado por Netflix no era nada más que un descarado y sin vergüenza, que nos quería ofrecer una compensación de un 70/30. Aprovechando todo nuestro trabajo para su propio beneficio.

—¡¿Qué?! Eso es imperdonable. Con más razón está completamente bien que no hayan hecho nada —dijo Tim, sintiendo cómo la rabia comenzaba a burbujear dentro de él. Esa actitud era algo que no toleraba. Había trabajado demasiado duro para permitir que alguien se aprovechara de su esfuerzo.

—Así que, debido a eso, Allen no perdió tiempo… e hizo que el agente se marchara. —  dijo Drake con calma.

—Es comprensible. Yo también hubiera hecho lo mismo. Dejar que mi trabajo sea usado por otros para su completo beneficio es algo que odio... aunque, bueno, ahora tendré que buscar otra plataforma y organizar un encuentro —mencionó Tim, su mente ya comenzando a formular nuevas estrategias.

Si bien era algo complicado, no era imposible para él. Sin embargo, el tema era que detrás de estas plataformas, si bien no eran todas, siempre había gente queriendo aprovecharse de uno. Era un lado complejo de ser productor y encargarse de estos negocios. —Emm... señor, con respecto a eso, no será necesario.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? —preguntó, confundido. La repentina certeza de Drake lo sorprendía.

—Pues, el Sr. Reinoel se encargó de todo... incluso ahora me cuesta procesarlo. Pero, al parecer, él conoce a Reed Hastings. —

--¿A Reed? ¿En serio? Pero, ¿cómo? —preguntó, sorprendido por tal revelación y lleno de dudas. Si Allen conocía a Reed Hastings, entonces, ¿por qué no lo contactó para el proyecto de la serie? Esa era la pregunta que lo atormentaba.

—No lo sé, señor. Pero ya está todo arreglado y debería haber recibido un mensaje a su correo del Sr. Reed —respondió Drake, mientras Tim se apresuraba a revisar su correo electrónico, revisó su bandeja de entrada y efectivamente, había un correo de Reed. Su corazón latía con expectativa mientras abría el mensaje.

—Y una última cosa, la prueba que planeaste fue todo un fracaso. El Sr. Reinoel no solo anticipó eso, sino que incluso ya había planeado de antemano una llamada con Reed para demostrarnos que no deberíamos hacer eso —continuó Drake. Con esas palabras, varias dudas fueron respondidas, pero surgieron aún más.

—Ah, cierto, el señor Reed dejó un último mensaje para usted: "Allen Reinoel es un monstruo nunca antes visto". —Diciendo eso, Drake saludó y cortó la llamada. El silencio envolvió a Tim como una nube pesada. Se quedó parado, procesando toda la información. La frase resonaba en su cabeza, pero decidió dejarla para otro momento. Era increíble pensar en lo aterrador que podría ser Allen, aunque debía admitir su error al ponerlo a prueba.

Pensando en eso, Tim abrió el correo electrónico enviado por Reed, el fundador de Netflix. —Buenas, soy Reed Hastings, quien Allen Reinoel contactó y me comentó al respecto de su proyecto en colaboración contigo.—

Tim sintió que la tensión se aliviaba un poco al leer las palabras del fundador. Continuó leyendo con atención: —Tienen mi total aprobación, además de que si es necesario, les brindaré fondos para la producción. Naturalmente, yo me llevaré un porcentaje por la distribución y brindar fondos, pero como es el primer proyecto en el que participará Kaynlith, el porcentaje que reclamaré será aún menor. Con eso dicho, cuando nos reunamos personalmente, discutiremos con más detalle el asunto y firmaremos formalmente el contrato. —Atentamente: Reed Hastings.

Tim dejó caer el teléfono sobre su escritorio, sintiendo una mezcla de alivio y incredulidad. La carrera había dado un giro inesperado, y todo gracias a Allen. Un calido sentimiento de gratitud lo invadió, pero también la curiosidad por el enigma que representaba el joven. ¿Quién era realmente Allen Reinoel? La frase que resonaba en su mente, "un monstruo nunca antes visto", lo dejaba con más preguntas que respuestas.

Con una nueva determinación, Tim se sentó de nuevo en su silla y miró hacia el set. La actuación de Jenna continuaba, y aunque había obstáculos por delante, sentía que podía enfrentarlos. Había un nuevo camino por recorrer, uno que podría llevarlo a la cima, y estaba decidido a no dejar que nadie se interpusiera en su camino. La industria del cine era un juego peligroso, pero estaba listo para jugar.

Con Allen a su lado, el futuro parecía más brillante, aunque nunca sin sus desafíos. Con una sonrisa decidida, Tim volvió a enfocarse en el rodaje, preparado para lo que viniera y esperando la oportunidad de reunirse con Reed para discutir el emocionante futuro que se les presentaba.

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